viernes, 29 de mayo de 2009

Nota a mis alumnos de la Sección B, postgrado en Gerencia Planificación Institucional, UNELLEZ-Guanare, semestre I-2009




Estimados alumnos,

Busco palabras y no doy con ellas; me jacto de escribir un tanto bien, pero en este instante me invade la pasión y los sentimientos; me siendo inundado de confianza, de afecto, de estima; de sinceridad por parte de cada uno de ustedes.

El gesto de llevar a negro y blanco una proclama de apoyo y solidaridad, me hace sentir que ya no sólo tengo en casa mis paladines y justicieros, sino que se suman ustedes a esta hermosa legión que sólo busca el establecimiento de la verdad ante la canallesca actitud de algunos seres que por su pequeñez no miran que toda acción vinculada a malformar la realidad, afecta el historial y credibilidad de las personas.

Pienso que mi obrar se ha traducido en respeto, cordialidad, estima; no tengo necesidad de comprar afectos (como ha dado a entender los ataques infringidos a mi persona), ni ganarme espacio sobre la cenizas de otros; soy sensible, sencillo, a veces arrogante, pero sobre todo me pongo en el lugar de mis interlocutores y trato de dar lo que supongo esperan de mí.

Les confieso que cuando veo que personas que no me han tratado, que no han lidiado conmigo en esa realidad de ser humano, de académico e intelectual, tenga el descaro de actuar en mi contra (como ciertas personas que le han dado apoyo a las acciones de un maestrante quien esgrime de mí falsedades), es uno de esos absurdos que no entiendo. Pero más me desconcierta es que al maestrante en cuestión tiene más de 20 años conociendo mi trayectoria, bueno eso creía yo, porque la primera vez que me toco darle clase el personaje me preguntó si yo estaba allí como alumno. Es decir, me lo respondo ante tanta estupidez junta, tuve vivencias durante todo ese tiempo que jamás fueron escuchadas ni apreciadas. Por lo tanto, lo que me resta es sentir profunda pena por su actitud que espero rectifique y deje a un lado, porque quien se está perjudicando con estas acciones es él, yo, como ustedes bien lo han detectado sin conocerme mucho, soy de una sola pieza y me debo a un solo interés: servir a mis semejantes y transmitir lo hasta ahora aprendido.

No puedo ser mezquino; eso es contra natura de mi esencia como persona. Pertenezco a ese grupo de soñadores que siempre hemos apostado a su tierra, a mi Guanare entrañable, a mi suelo madre que me ha permitido vivir para conocerlos a ustedes…

Muchas gracias por su confianza y téngalo por seguro, no les fallaré…Mis respetos y mi eterna gratitud… Atentamente, Ramón E. Azócar A.

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