martes, 12 de mayo de 2009
El Estratega y el Pensamiento (Clase N° 3)
¿Qué es lo que hace que un estratega tenga éxito, mientras que otros fracasan? ¿Por qué empresas que utilizan las mismas estrategias obtienen resultados diferentes: unos mejores que otros?
A fin de hallar explicaciones para la forma como piensa un estratega se han sugerido definiciones, líneas teóricas y conceptualizaciones. El éxito no suele ser producto de un análisis riguroso sino de un estado mental muy particular que se caracteriza por procesos de pensamiento creativo e intuitivo más que racional. Los estrategas no rechazan el análisis. En realidad, trabajan permanentemente haciendo análisis, pero lo usan sólo para estimular el proceso creativo, para probar las ideas que surgen, para averiguar las consecuencias estratégicas o para no fallar en la ejecución de ideas "locas" que tienen grandes posibilidades y que, de otro modo, nunca se habrían puesto en práctica. El análisis es el punto de partida del pensamiento estratégico. El pensador estratégico se enfrenta a problemas, tendencias o situaciones que parecen constituir un todo armonioso. El estratega debe desmembrar ese todo en sus partes constitutivas y, una vez que conoce el significado de cada parte, debe volver a juntarlas intentando aprovechar al máximo la ventaja competitiva de la empresa. La solución obtenida de esta forma es distinta de la conseguida con el pensamiento lineal, ya que hemos identificado y estudiado los elementos concernientes a nuestro problema y los hemos organizado de una manera relevante.
La estrategia está directamente relacionada con la resolución del conflicto que tiene que ver directamente con los valores y que tiene como salida la misión. Supone convivir en el ambiente de la alta dirección de las empresas, partiendo de la visión (futuro deseado, sueño empresarial), la misión (qué hacemos para alcanzar la visión) y los procesos de acople cultural que permitan alinear la cultura con la estrategia.
El conocimiento o visión personal del estratega, es la clave del proceso. Como el proceso es creativo y parcialmente intuitivo, y a menudo perjudicial para el status quo, las grandes estrategias están más allá del alcance del análisis consciente y los planes resultantes pueden parecer, sin embargo, inaceptables para el simple analista. El gran estratega es un pensador flexible que entiende la completa gama de alternativas y constantemente sopesa los costos y beneficios de cada uno.
La forma de pensar del estratega es supremamente compleja, pues comporta una serie de elementos que no están dejados al alcance del pensamiento común, sino que es una mezcla casi única y particular de procesos mentales que se conjugan con una serie de elementos: Pensamiento intuitivo, conocimiento tácito, pensamiento creativo, dotación natural, chispa (capacidad para vislumbrar ideas brillantes que despuntan espontáneamente) creando una conducta emergente que es la forma de pensar del estratega.
Pero el estratega no tiene una forma unidimensional de pensamiento, es mas bien un pensamiento diverso, variado y pocas veces previsible, pues es una forma de pensar que se mueve de forma tridimensional en su entorno, el interior de la organización y las relaciones de causalidad creando condiciones para enfrentar el mañana, para adaptarse si es necesario, pero entendiendo que este se mueve más en el terreno de la proactividad, pues su pensamiento más que adaptativo es generativo.
El estratega no tiene un dogma, una doctrina, no es ortodoxo, es más bien un visionario que sabe avizorar qué condiciones existen para él salir a flote y emerger con su accionar que muchos llaman estrategia, que en el mayor de los casos ni se propone que sea una estrategia su accionar, puesto que él tiene una línea variada y profusa de pensamiento y accionar que le es innata o que por lo menos emerge naturalmente de la interacción de sus facultades naturales con el conocimiento tácito y las relaciones con el medio. Si no existen condiciones en el medio para el estratega él las crea y les da forma. Después de todo él no tiene definida una forma estática de pensar y proceder. Él puede ser león que ataca ferozmente en el mundo empresarial, o puede ser camaleón que se mimetiza, para pasar desapercibido mientras avanza y deja atrás a su competencia. El estratega puede ser un perro que olfatea de lejos su oportunidad, y sigue el rastro a los acontecimientos pasados, presentes y los que se ven venir. Puede ser un astuto felino que se oculta al acecho y en medio de la oscuridad cuando el mercado es turbulento sigilosa y repentinamente cae sobre su competencia, dejándola en la retaguardia o sacándola de su camino. El estratega es hormiga que trabaja en el verano, pues seguramente la llegada del invierno no le tome por sorpresa.
El estratega es tiburón temido en las profundidades de los negocios, el estratega es águila en las alturas que certeramente lanza sus ataques y obtiene resultados efectivos en el mundo empresarial. El estratega es la pequeña semilla de mostaza germinando en medio de los grandes árboles del bosque, en otras palabras es Lotus germinando en medio de un bosque donde viven Microsoft e IBM. El estratega es el caballo que se niega a seguir la marcha, pues adelante está el enemigo al acecho, por tanto decide cambiar la dirección de su destino, no por miedo a enfrentarlo sino para ubicarse mejor, conocerlo y avanzar. ¿Pero cómo hace un estratega para moverse en medio de tantas situaciones que no es dable definir en detalles su estructura mental?, es tema de la teoría de la complejidad. Tampoco podemos llevar su mente al laboratorio y analizar el curso que sigue un pensamiento, pues la conducta emergente solo es posible en el desarrollo de su actividad, el es por definición un analista simbólico que lee códigos encriptados en el entorno que son emitidos por la sociedad contemporánea.
El estratega tiene una gran capacidad de capear las incertidumbres porque tiene bastante desarrollado "el atributo de la viabilidad, es decir la habilidad de responder a estímulos no previstos de manera apropiada por su creador. Esencialmente se trata de la habilidad de poder reconocer la necesidad de cambio o adaptación a las nuevas condiciones del medio que exige nuestra adaptación a él. Y este aspecto es esencial para disponer de estrategias y acciones tácticas que busquen decididamente esa adaptación.
En la Institución moderna, la estrategia (o misión) es el centro. Por la década de los ochenta la estrategia funcionaba muy bien fusionada al planeamiento y eran por el todos conocido planeamiento estratégico. Estábamos en un mundo sin demasiadas sorpresas y por lo tanto la transformación a largo plazo se transformo en una guía para la acción de las Empresas. Las compañías preveían lo indeseable y controlaban lo deseable. Hoy, la transitoriedad, la incertidumbre, la complejidad, la novedad, la diversidad, la tecnología han hecho perder vigencia a la estrategia ligada a la planeación. Hoy nos domina la incertidumbre y es por ello que "la piel" y el cerebro de los estrategas de hoy son muy diferentes a los planeadores estratégicos de ayer. Hoy la diferencia está en si la estrategia explora y lidera las ideas, y el planeamiento relaciona, conecta y coordina el proceso de ligar las ideas con la acción. "... para convertirse en un buen estratega es preciso ejercitar constantemente el pensamiento estratégico. Esto debe ser una práctica diaria, no algo a lo que se recurre sólo cuando sobrevienen dificultades. El gran estratega no depende ni de la suerte ni de la inspiración sino del pensamiento estratégico: la combinación de método analítico y elasticidad mental."
FUENTE:
Levy, Alberto (2007) ECP. Estrategia, Cognición y poder. Argentina, Editorial Granica.
Levy, Alberto (2006) Por ejemplo. Argentina, Editorial Granica.
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