miércoles, 22 de abril de 2009
Carta Pública a mis alumnos de Planificación II de postgrado de Gerencia y planificación Institucional, lapso 2009-I, de la UNELLEZ-Guanare
Foto: Clase Magistral que dictara a finales del 2008, a los alumnos de la Licenciatura en Contaduría Pública de la UNELLEZ-Guanare.
Estimados discípulos;
El acto más sagrado es el acto pedagógico; estar frente al auditórium de alumnos y alumnas, significa un compromiso; un inevitable encuentro con la responsabilidad de transmitir ideas, de hacer de las ideas conocimiento explícito, oportuno y genuino. La actividad educativa, en el nivel que sea, es un proceso que lleva a los participantes a desarrollar sus potencias intelectuales y a construir su comprensión personal de la vida por medio de estructuras inducidas y en ocasiones surgidas de los propios participantes cuando asume el facilitador la estrategia de la reminiscencia socrática como vía formativa.
En el sub-proyecto Planificación II, trataremos de motivar el desarrollo de la comprensión. Según autores como Elliott, Stenhouse y Kemmins, propulsores de la investigación acción en educación, los procesos educativos tienen la necesidad de modernizarse, dando eficacia y primacía al valor educativo. En la actual sociedad global, donde los alumnos llegan con un collage de información (un "bosque de informaciones fragmentadas") en la cabeza, la función de la práctica del facilitador debe centrarse en la reconstrucción del conocimiento vulgar con el que se le presenta el participante. Dicha reconstrucción consistirá, entre otras cosas, en el cuestionamiento por el origen y la ilación o relación contextuada de esas realidades (o esquemas mentales) con las que el participante ya se presenta al aula, debiendo hacerse el aprendizaje para el relevante o significativo. En este aspecto obraremos y pensaremos buscando fortalecer el aporte de la experiencia de aprendizaje en el subproyecto Planificación II de la Maestría en Gerencia y Planificación Institucional.
Por otro lado, Elliott propone que el facilitador se haga así mismo un profesional íntegro, en la medida que se cuestione, que sea auto-crítico, e investigue, que le dé cuerpo al saber hacer y al saber pensar; por eso, la formación en cuarto nivel (postgrado) es de carácter cooperativo (diálogo, contraste, comparición) en la deliberación práctica, en el sentido de desarrollar teorías apoyadas en la propia experiencia, pero también en la de los demás; apoyadas en el propio cuestionamiento, pero también en las investigaciones de los otros. En una frase, se buscará ser un docente que procure hacerse siempre mejor en transcurso de la experiencia de aprendizaje, ayudando a los otros, a su vez, a hacerse mejores a lo largo del proceso. Tan ardua empresa sólo puede lograrse, de hecho, si hay una gran pasión por saber y enseñar.
Así considerado, el acto pedagógico que iniciamos, es un proceso de acción y de reflexión cooperativa, de indagación y experimentación, donde aprenderemos, sin lugar a dudas, a comprender e interpretar, porque aprendimos; donde intervendrá el docente para facilitar y no imponer ni sustituir la comprensión de ustedes y, al reflexionar sobre la intervención del docente, la razón de ser siempre estará circunscrita a darle vida a la capacidad que cada uno de ustedes tienen en lo racional para ser excelentes.
Esto nos lleva a recordar las ideas de Jean Piaget, Juan Pascual-Leone, Robbie Case y K.W. Fischer (neopiagetianos); Lev Vygotsky, Jerome Bruner, David Ausubel, Howard Gardner y Robert Sternberg; quienes fueron en su tiempo una propuesta integradora para una educación integral del ser humano dentro de una sociedad del conocimiento. Hoy se enfatiza, y ello no ha sido rehuido, la urgente necesidad de volver a la "verdadera concepción de educación integral", lo que implica un replanteamiento pedagógico encaminado principalmente al perfeccionamiento personal de los educandos. En tal sentido, hay que recalcar que el hombre que requiere la sociedad del conocimiento debe poseer una amplia cultura general y la capacidad para descubrir, desarrollar e incrementar cada día sus posibilidades creativas y, sobre todo, su pensamiento con el fin de que pueda manejar la información de forma adecuada, esto es, que sepa obrar moralmente bien.
No olviden que aprender significa cambio permanente en la conducta; en el potencial conductual que acompaña a la experiencia, pero que no es resultado de simples factores de crecimiento o de influencias reversibles, como la fatiga o el hambre; es un asunto de apreciarse que hubo una modificación de las estructuras mentales, como consecuencia de la incorporación de la nueva información a la ya existente. En una palabra: la planificación para ustedes ya no debe ser sólo trazar los planos para la ejecución de algo, o hacer un plan o proyecto de una acción; sino concebir que planificar significa una visión compartida y general de lo que se quiere hacer y del contexto en el que se desea hacer; es mirar la estrategia como un instrumento que fortalezca en momentos de crisis y refuerce en momentos de éxito; es crear valor en la organización o institución objeto de estudio, priorizando en el factor humano y no en procesos abstractos que nada tiene que ver con el hombre y su circunstancias.
¿Qué aspiro alcanzar con ustedes? En el libro de los Proverbios, del nuevo testamento, en su capítulo 1, versículos del 2 al 6, se expone de manera precisa la razón de ser del proceso formativo. Dice: “2 para aprender sabiduría e instrucción, para comprender dichos profundos; 3 para adquirir la instrucción adecuada –justicia, equidad y rectitud-; 4 para enseñar astucia a los simples conocimientos y reflexión a los jóvenes, 6 para descifrar proverbios y refranes, los dichos y enigmas de los sabios. 5 El sabio escucha y aumenta su saber y el inteligente adquiere destreza…”
Ustedes, serán tratados con justicia, es decir, los temas a tratar tendrán pertinencia con la maestría y sus saberes; con equidad, porque serán vistos por igual y a todos les haré participes del pan y vino del conocimiento; y con rectitud, porque el obrar de facilitador será equilibrado, oportuno y significativo.
Para finalizar, les convoco a seguir profundizando las ideas tratadas y ver en ellas oportunidades para profundizar los trabajos de grado; ustedes valen mucho, son el progreso, la dignificación de la sociedad y la esperanza para humildes mortales como yo, de que pasé por la vida y dejé la semilla…Un abrazo fraternal y demuestren que así como pueden contar conmigo, puedo contar con ustedes…
Atentamente:
Ramón Eduardo Azócar Añez
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